Colombia le ganó más terreno a la pobreza



Los niños más pobres del país, según la Defensoría del Pueblo, mueren por desnutrición. Pero el Gobierno afirma que la pobreza y la indigencia están en retroceso. Analistas dudan de las cifras.

La vieja polémica sobre la realidad de las cifras de la pobreza en Colombia se reactivó ayer, luego que el Gobierno revelara un nuevo estudio que da cuenta de una ostensible reducción en el número de pobres durante el último cuatrienio.

Según el Departamento Nacional de Planeación, DNP, en el período comprendido entre 2002 y 2006 la pobreza cayó en 11 puntos porcentuales, al pasar del 56% al 45%, lo cual significa que el número de pobres bajó de 22,39 millones a 18,94 millones.

Al mismo tiempo, dijo el DNP, la pobreza extrema o indigencia también bajó diez puntos en el período. Mientras en el 2002 el 22% de la población (unos 8,79 millones de personas) estaba en esa condición, el año pasado ese indicador llegó al 12% (aproximadamente 5,05 millones de habitantes).

El estudio fue realizado por la Misión para la Erradicación de la Pobreza y la Desigualdad, una instancia creada por el Gobierno para evaluar esta problemática y buscar soluciones a la misma.

El director de la Misión, Jairo Núñez, dijo al presentar los resultados que “la reducción de la pobreza fue evidente tanto en las áreas urbanas como en las rurales”.

En las zonas urbanas, explicó, la pobreza pasó de afectar a un 50,4% de la población en 2002 a un 39,1% en 2006. En las zonas rurales bajó de un 70,1% a un 62,1%.

La pobreza extrema, también crónica en las zonas rurales, bajó de 34,7% a 21,5% y en las ciudades de 16,7% a 8,7%.

Según la directora de Planeación Nacional, Carolina Rentería, las cifras están demostrando "los efectos positivos del crecimiento económico y de las políticas sociales en el bienestar de los colombianos".

Sin embargo, estudiosos del tema de la pobreza expresaron dudas sobre la veracidad y precisión de las cifras.

El economista Eduardo Sarmiento afirmó que los resultados de Planeación Nacional obedecen a un cambio de metodología de medición.

Por su parte el decano de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad San Buenaventura en Cali, Memphis Viveros, dijo que “hasta que no se conozcan las cifras oficiales del Dane nos abstenemos de creer en las cifras de Planeación, porque la metodología de su estudio ha sido reconocida como diferente”.

Otros analistas citaron un concepto emitido el año pasado por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID, de la Universidad Nacional, el cual afirma que en los estudios de Planeación no se cumple el principio de rigor metodológico en lo referente a la cuantificación de los ingresos de las familias.

“El nivel de pobreza y su variación a lo largo del tiempo son muy sensibles al método de impitación de ingresos. En el DNP esos procedimientos son una ‘caja negra’, no han sido sometidos a debate público, y mientras este ejercicio democrático no se realice las cifras publicadas son sospechosas”.

Un debate de largo aliento

La polémica por las cifras de la pobreza se da en medio de denuncias sobre la presunta muerte de niños en el Chocó por desnutrición. ¿Qué tan grande es el problema?

Aunque las cifras sobre reducción de la pobreza reveladas por el Gobierno son muy optimistas, hay otras menos alentadoras sobre el mismo tema.

El estudio ‘Bienestar y Macroeconomía 2002-2006’, elaborado por la Universidad Nacional y la Contraloría General, asegura que “al menos la mitad de la población colombiana es pobre”, y que hay 30 millones de colombianos en esa condición.

La Iglesia Católica, a su turno, señaló a finales de 2006 que “no solo el 50% de los colombianos vive en la pobreza, sino que el 20% se encuentra en la indigencia”, y advirtió que “cinco millones de colombianos se van diariamente a dormir sin comer”.

Y otro estudio de Naciones Unidas dice que ”en total, 64 de cada 100 colombianos están en el umbral de la pobreza, y algunos casi en la misma situación de África, como el Chocó”.

Más allá del debate lo cierto, según el ex ministro de Hacienda Rudolf Hommes, es que “la pobreza todavía es muy alta”.